Leyenda

Cuando empecé en la música no fue por amor sino por el dolor que tenía guardado

Cuando rapeé hasta las tantas no fue por pasión sino por nunca tenerlo claro

El mundo no da segundas oportunidades para que se falle el disparo

Y cuando me obligó a elegir lo que debía renegué de ello para ir a lo que estaba destinado

Moriré en lo alto, donde un día soñamos

Sin saber qué tanto, pero que causamos

Mil voces al canto, en una conectados

Mientras vibra el salto, nos tiemblan las manos

No sabemos cuánto, pero lo logramos

Va surgiendo el llanto, asumo nos miramos

Estamos curando, nunca nos bajamos